Fuente: La Voz de Galicia
Adeuda más de 1.540 millones a ambas entidades, sus dos principales acreedores
El consejo de administración de Martinsa-Fadesa analizó este pasado viernes una propuesta de convenio con dos de los principales acreedores de la compañía, Caja Madrid y La Caixa, a las que les adeuda 919,8 y 627,5 millones de euros, respectivamente. Fuentes próximas a la operación indicaron que está previsto que hoy mismo se presente ante el juez que lleva el caso, Pablo González Carreró-Fojón, el convenio, al que en breve se podrían adherir, al menos, Caixa Galicia y el grupo del Banco Popular, con los que la inmobiliaria presidida por Fernando Martín mantiene una deuda que asciende de forma conjunta a los 700 millones de euros.
De llevarse a cabo, la presentación del convenio coincidirá en el tiempo con la apertura del plazo de diez días hábiles que tienen los afectados por el proceso concursal solicitado por la compañía en julio para presentar alegaciones al informe concursal si consideran que sus reclamaciones están indebidamente recogidas, tanto en lo referente al inventario como a la lista de acreedores.
La situación financiera de Martinsa-Fadesa es complicada. De acuerdo con los datos rectificados del informe presentado por los tres administradores concursales, la compañía cuenta con un activo de 7.404 millones de euros y un pasivo de 7.005 millones, con lo que su patrimonio neto se sitúa en 398 millones de euros.
Fuentes próximas a la empresa precisaron que es probable que el acuerdo con la banca no incluya ningún tipo de quita «ni tan siquiera mínima o aquella que podría realizarse sobre los gastos financieros, lo que no fue bien visto por todos los máximos responsables de la inmobiliaria», que seguirá sufriendo las duras consecuencias de la crisis económica mundial. «Si la situación del mercado de la vivienda cambia, aunque sea mínimamente, es probable que la empresa pueda seguir adelante, pero en caso contrario la situación se complicará todavía más, ya que se seguirán sin vender pisos y los activos solo pueden comprarlos los bancos», apuntan las mismas fuentes.
En esta línea, personas conocedoras de la operación advierten que, si no se producen cambios de última hora, uno de los puntos que recogerá el convenio es el compromiso por parte de Martinsa-Fadesa para proceder al pago de sus obligaciones desde el primer momento, renunciando a cualquier período de carencia.
Financiación futura
Llegar a un acuerdo con la banca es fundamental no solo para el futuro de la inmobiliaria, que evitaría entrar en proceso de liquidación, sino también para los empresarios que la dirigen, que podrían ver cómo las puertas de las entidades se les cierran cuando acudan a solicitar financiación para otros negocios.
Otro aspecto que preocupa a los miembros del consejo de administración de la empresa es que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) mantenga suspendida la cotización en Bolsa de la compañía hasta que esta «se levante. Es la única fórmula para que su cotización no caiga hasta niveles tales que supongan su desaparición». Una de las claves que, según la misma fuente, es trascendental para que Martinsa-Fadesa vuelva a patrimonializarse pasa por «no deshacerse de los terrenos que hoy son calificados como rústicos, pero que en un futuro pueden incluirse en planeamientos nuevos y ganar valor».
Extensa cartera de suelo
En su primer informe los administradores concursales señalaron que la promotora poseía una cartera de suelo de más de 28 millones de metros cuadrados. En ese mismo documento, los administradores advertían que, cuando se declaró el concurso, el negocio se fundamentaba en comprar suelo rústico o «preurbanizable» y lograr recalificarlo. Un modelo de negocio que, según aducen, fue precisamente el que entró en crisis el año pasado.